Monthly Archives: December 2013

Vivir

Aquí estoy, en la mesa de comedor de mi casa regalándoles un poco sobre lo que me gusta, aunque es 99% seguro que ya no esté en la mesa cuando lo lean. Habitantes, les confieso que sentí nervios al abrir este hogar cibernético que viene a ser un refugio. Sin embargo, sus comentarios, sus ‘retweets’ y su apoyo me ha hecho apreciarlo más.  Ha sido un año excelente, académica, profesional y personalmente. He crecido, también lo confieso, y con esto, muchísimas cosas han crecido a mi alrededor.

Este año, mi perspectiva de la vida ha transmutado y creo que en esas transmutaciones inherentes del ser humano, le he dado espacio a muchísimas citas. ¿Por qué me gustan tanto las citas? Es que este año las he aprendido a ver como las partes más ínfimas de una lectura. La intertextualidad que cargan y las historias que pueden desembocar de estas son astronómicas. Planifico adornar mi cuarto con citas. Incluso, podría pedir ser enterrado con miles de citas, es que casi imagino este acto en un mundo utópico. Las citas nos hacen reflexionar sobre la vida, sobre el acto de vivir.

No planifico ser un Coelho (jamás) de la vida, pero deseo vivir, aprender a vivir. Es por eso, que siempre andaré con citas increíbles en una libretita que me regalaron de cumpleaños. Las aventuras literarias son las aventuras que la vida debe ejecutar. Hay que vivir a lo Chaplin, hay que enamorar con citas, y tatuarlas con tinta indeleble en nuestras espaldas.

Disfruten de este repertorio.

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Estas citas vienen del blog de una colega tuitera: http://magaliteraria.tumblr.com

Las buenas acciones

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¡Saludos, habitantes! Ya terminé las clases de este primer semestre de mi cuarto año universitario, solo me faltan un par de exámenes finales. Sí que fue un reto este semestre, pero pronto veré sus frutos. La siguiente publicación consta de un relato personal de una experiencia que me gustaría compartir con ustedes. No pretendo adherirme ínfulas de Coelho (jamás las quisiera) ni mucho menos profesar sobre la vida, pero considero que necesitamos cometer buenas acciones para lograr sonrisas. 

***

martes, 4 de diciembre de 2013

7:10 p. m. aproximadamente

Hacía una noche bastante fresca pues el aire navideño cayeyano se dispersaba sin temor alguno. Me dirijo a un puesto de comida rápida a ordenar un café pues oficialmente había acabado las clases en la Universidad. Para mi desgracia, el puesto estaba cerrando aunque logré convencer a la cajera que me dejara ordenar un café. Justo antes de atenderme, se personó junto a mi una señora, de unos cincuenta años que usaba un abrigo largo color rosado oscuro.

—Yo quiero un café —le pidió la señora a la cajera.

Con un aire de superioridad por haber llegado primero, le comenté en tono jocoso.

—Discúlpeme, pero yo también deseo un café y llegué primero.

Ella se echó una risotada.

—Pues yo espero que haya café para los dos —le dijo a la cajera. Esta de inmediato comenzó a prepararlos.

—Creo que da para los dos —comenté.

—¡¿Ajá?! Pues yo creo que deberías pagármelo.

Me quedé asombrado y pensé: “Esta doña tiene pantalones”.

—¿Un café? —me preguntó la cajera.

Me dispuse a mirar a la señora y algo me dijo que lo hiciera. Miré el reloj y exploré la fecha: 4 de diciembre. Acto seguido, me vino a la mente un anuncio sumamente peculiar de Coca Cola en donde personas alrededor del mundo comenten buenas acciones sin esperar nada a cambio. Yo nunca lo había hecho y me arriesgué a cometer una también.

—Sabe qué, le voy a pagar el café. Usted se lo merece, además de que es Navidad y hay que hacer buenas acciones —le dije serenamente y con un poco de emoción (no lo niego).

—¡Ay! Gracias. ¿Tú eres de aquí?

Y por ahí siguió nuestra conversación…

***

Me gustaría dejarlos con esta conclusión: Si 20,000 Axel’s en el mundo hubieran cometido esa misma acción en ese momento, se hubiesen generado 40,000 sonrisas de satisfacción por una buena acción. ¿Te atreves a ejecutar una acción parecida?